ALÍ,
Zahra (comp.) (2019 [2012]) Feminismo e islam. Las luchas de las mujeres
musulmanas contra el patriarcado. Buenos Aires, Capital Intelectual, 208 pp.
(traducción Andrea Romero)
¿Por qué
leeríamos sobre feminismos islámicos en Argentina? No sólo por ser un fenómeno
de alcance transnacional que ha adquirido relevancia en la agenda pública, el
activismo y el campo académico a nivel mundial o debido a la existencia de una
activa y diversa comunidad musulmana local; sino, también, por los
interrogantes y reflexiones que podría despertar al entablar diálogos con el
movimiento amplio de mujeres, los feminismos populares, transfeministas y desde
Abya Yala.
La
compilación llevada a cabo por Zahra Alí en 2012 es traducida al castellano en
esta edición que Le Monde Diplomatique (Cono Sur) nos acerca en 2019. Se
enmarca en una serie de traducciones y publicaciones que en este idioma se
vienen llevando a cabo en los últimos años y que han encontrado eco en un
público ávido y curioso. Constituye una introducción de amena lectura para
quiénes se aproximan a la intersección entre feminismo e islam. Contando, al
mismo tiempo, con la solidez teórica de su compiladora (militante feminista y
socióloga cuya tesis de doctorado se centra en la relación género y nación en
Irak) y la inclusión de una diversidad de voces de reconocidas investigadoras,
exégetas y activistas en la temática.
El libro se
encuentra organizado en tres secciones. La primera se focaliza en la
hermenéutica coránica y algunos principios del feminismo islámico (el énfasis
en el concepto de tawhid[I],
la diferencia entre sharia[II]
y fiqh[III],
laponderación de la agencia moral[IV]
de las/os creyentes, la conceptualización del din[V]
como un sistema justo e igualitario, la lucha contra el literalismo y la
opresión sexual-textual androcéntrica de las fuentes sagradas, entre otros)
desarrollados a partir de las interpretaciones de Amina Wadud, Asma Barlas y
Asma Lamrabet junto a la caracterización y definición provista por la
historiadora Margot Badran. El segundo apartado atraviesa el devenir entre
contextos y textualidades a través de los aportes situados de Ziba
Mir-Hosseini, Omaima Abou-Bakr y Zainaw Anwar para abordar su emergencia y
desarrollo en Irán, Egipto y Malasia respectivamente. Por último, encontramos
las entrevistas realizadas por Zahra Alí a las activistas francesa Saida Kada y
siria Hanane al-Laham.
Este libro
nos ofrece un panorama amplio y general a través de una variedad de artículos,
testimonios, enfoques y análisis. Brinda, por lo tanto, a quienes quieran
aventurarse en este tópico los indicios necesarios para comenzar su propia
búsqueda y recorrido de la mano de las autoras que contribuyen en la
compilación junto a la información provista y las referencias bibliográficas
por ellas citadas que incluyen a académicas/os y activistas de la talla de
Leila Ahmed, Kecia Ali, Mai Yamani, Shamima Shaikh, Nacira Guénil-Soulanas,
Deniz Kandiyoti, Nilüfer Göle, Farid Esack, Omi Safi, entre muchas/os otras/os
más.
Destacamos
tres aspectos que recorren transversalmente la obra. En primer lugar, el
reconocimiento de la compleja y rica trayectoria de los movimientos de mujeres
y feminismos en el heteróclito “mundo musulmán” previo al surgimiento del
feminismo islámico y su consolidación alrededor de los años ´90. En esta línea,
se enfatizan las convergencias laicas y religiosas de estos procesos y se
otorga visibilidad a distintas activistas y figuras públicas (incluso alejadas
de la praxis y el discurso feminista); advirtiendo que los feminismos islámicos
forman parte de un movimiento político, hermenéutico y teórico-académico
contemporáneo que rompe con varias dicotomías. Como ser, por ejemplo, la
oposición Oriente-Occidente o feminismo-religión, entre otras. Enfrentan el
“esencialismo irreflexivo” (Ali, 2019:13) tanto de quiénes creen que se trata
de una forma de sabotaje y occidentalización del islam, como de quienes
consideran e imponen una única vía posible de emancipación femenina sin
cuestionar la genealogía o sustrato de la secularización (ibíd.p.26). En este
sentido, descoloniza la relación feminismo e islam e inscribe su propuesta en
un proyecto que se presenta simultáneamente como antisexista y antirracista.
Segundo, la
forma en cómo las autoras se refieren y cuestionan el feminismo hegemónico. La
mayoría de ellas prefieren emplear este término en lugar de feminismo
occidental. Es una elección que resulta oportuna ya que implica reconocer la
heterogeneidad y complejidad de los “feminismos en Occidente” de manera tal que
el legítimo y necesario enfrentamiento y socavamiento de ciertas praxis y
discursos de subalternización dentro de un sector de estos, no incluya el
fenómeno anverso e indeseado del orientalismo. Esto es, la reproducción de la
romantización, el exotismo y la construcción de una alteridad radical y
esencializada. Por esta razón, muchas de las autoras advierten que es
indispensable analizar el impacto de la colonialidad y el imperialismo sin
perder de vista los factores y dinámicas intrínsecas de las comunidades,
sociedades y regímenes islámicos en distintos períodos; ofreciendo la
oportunidad - al decir de Abou Bakr - de
explorar y descubrir la resistencia a esta hegemonía patriarcal sin exonerar a
la tradición islámica (2019:161). Este sea, probablemente, un ejercicio
crítico fundamental para evaluar las demandas y estrategias de los feminismos
islámicos en cada contexto (no es lo mismo combatir la islamofobia y la
desigualdad siendo la principal minoría religiosa en una sociedad europea que
luchar contra la interpretación y aplicación patriarcal de la ley islámica en
un país de mayoría musulmana), así como un camino factible y honesto - aunque
no por ello menos conflictivo como advierte Zahra Alí siguiendo a Chandra
Mohanty (ibíd.p.203) - para la
construcción de una coalición y solidaridad feminista sin fronteras.
En último
término, el énfasis puesto en el contexto de surgimiento y desarrollo de los
feminismos islámicos. Signado por la reemergencia de los “movimientos
islamistas”[VI],
pero también por procesos diaspóricos, migraciones, conversiones al islam y
redes transnacionales. De este modo, no parecen casuales hechos tales como que
los primeros pasos del feminismo islámico hayan sido dados con la revista Zanan en Irán (siendo el proceso
posterior a la revolución de 1979 el catalizador de nuevas formas de diálogo
entre los derechos de las mujeres y la jurisprudencia islámica), la
consolidación de la agrupación Sisters in
Islam en Malasia a fines de 1980 a partir de un grupo de abogadas luego del
intento de reintroducción de la ley islámica y los castigos corporales en
algunos estados del territorio, la realización de varias ediciones del Congreso
de Feminismo Islámico en Barcelona, o que uno de los libros emblemáticos de
este movimiento (Qurʼan and woman
rereading the sacred text from a woman's perspective, 1992) haya sido
elaborado por Amina Wadud - una pensadora afroamericana conversa al islam-.
Situar espaciotemporalmente el feminismo islámico permite observar las
continuidades y rupturas no sólo con otros feminismos de alcance global, sino
con aquellos feminismos pasados y presentes en países de mayoría musulmana.
Nos
quedamos con ganas de conocer un poco más acerca de la diversidad de género y
la disidencia sexual que se mencionan esporádicamente dentro del libro. A su vez, con algunos interrogantes ¿podrán
estos movimientos trascender el plano discursivo-hermenéutico o su respuesta y
contención ante casos y emergentes puntuales para articular demandas y políticas
públicas de amplio y largo alcance?, ¿podríamos reconceptualizar lo que
habitualmente se conoce como “islam político” para incluir manifestaciones que
como éstas politizan lo sagrado y lo despliegan estratégicamente en la arena
pública y virtual en búsqueda de la ampliación de derechos? Nos preguntamos,
siguiendo la reflexión de Ziba Mir Hosseini, si las políticas reivindicativas
podrán erradicar la estigmatización y mistificación al mismo tiempo que
conseguir la redistribución en materia de justicia social y económica;
permitiéndole a mujeres musulmanas de
todos los sectores sociales y en distintos contextos tomar decisiones dignas
(2019:217). Finalmente, ¿podremos en lugar de fetichizar y obsesionarnos con el
pañuelo de otras mujeres, reconocer y desprendernos de nuestros velos
epistemológicos?
Mayra Soledad Valcarcel ⃰
[I] A grandes rasgos, ya que se trata de un concepto muy importante dentro la cosmovisión islámica, podría ser definido como el principio de unicidad divina o la idea de una creación unitaria del mundo.
[II] Conocida como “ley islámica”, pero entendida como la “senda” o camino que se desprende de las dos principales fuentes sacras: el Corán y la Sunna (tradición) profética.
[III] Jurisprudencia islámica. Existen distintas escuelas de interpretación, codificación y aplicación de la sharía en el mundo musulmán.
[IV] Todos/as serían representantes (califas) de Allah en la tierra. Tienen responsabilidades con la creación y la humanidad. Los vínculos construidos entre las personas debieran ser horizontales y respetuosos.
[V] Los/las musulmanes/as entienden el islam como un din más que como una religión. Es decir, como un sistema o forma de vida que incluye distintos aspectos que pueden ir desde las oraciones diarias, los criterios de organización social y política hasta las prescripciones alimenticias.
[VI] Utilizamos comillas ya que distintos/as autores/as emplean términos diferentes para referirse a este fenómeno (islamismo, fundamentalismo islámico, islam político, entre otros).
⃰Licenciada en Ciencias Antropológicas,
Universidad de Buenos Aires. Doctoranda en Antropología, Instituto Interdisciplinario
de Estudios de Género- Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas. Contacto: mayravalcarcel@yahoo.com.ar