RODRÍGUEZ GUSTÁ, Ana Laura. (Editora) (2019). Marchas y contramarchas en las políticas locales de género: dinámicas territoriales y ciudadanía de las mujeres en América Latina. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, CLACSO, 297 pp.

El libro es producto del Grupo de trabajo Género, (des)igualdades y derechos en tensión del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y arroja luz sobre cómo se recorren los caminos hacia políticas públicas locales que promuevan la ciudadanía de las mujeres en América Latina. Su relevancia es crucial cuando, más allá del ingreso de la cuestión de género en la agenda gubernamental producto de la lucha de organizaciones sociales y movimientos feministas, la ciudadanía de las mujeres continúa condicionada por las desigualdades multidimensionales que se agudizan en la región latinoamericana. Aún más cuando se identifican amplias brechas entre los progresos en el reconocimiento formal de derechos, la incorporación del enfoque de género en las políticas públicas y la efectivización de los derechos de las mujeres en los territorios.

La introducción realizada por Ana Laura Rodríguez Gustá resulta un excelente mapa conceptual para recorrer el libro y plantea como hipótesis común de la compilación que los gobiernos locales resultan clave en la promoción de la ciudadanía de las mujeres. Sin embargo, esto se complejiza con una segunda hipótesis propuesta por la autora en la que cuestiona el supuesto efecto democratizador de estos gobiernos por la mera cercanía a la población y a los grupos con mayores vulnerabilidades al sugerir que cercanía no implica necesariamente accesibilidad y que es posible reconocer nexos contradictorios en el andar de las políticas de género.

Tal como señala el prólogo de Virginia Guzmán, especialista en procesos de institucionalización de políticas de género, los casos estudiados incluyen un período suficientemente largo para analizar cambios y continuidades, lo que permite visualizar las encrucijadas de la implementación de las políticas y las complejidades que enfrenta la inclusión de los problemas de género en la agenda institucional.

En los análisis de las diversas ciudades latinoamericanas se identifican pasos hacia adelante (marchas) y pasos hacia atrás (contramarchas) en el reconocimiento efectivo de los derechos de las mujeres. Se estudian las interacciones entre los diversos actores estatales y de la sociedad civil: los vaivenes, protagonismos en disputa, alianzas y tensiones. La figura del triángulo ideal utilizada por Massolo (2006) se convierte en un faro en el camino y los casos estudiados identifican feminocracias, lideresas, movimientos de mujeres y feministas así como también policy entrepreneurs y comunidades epistémicas feministas.

Otro tema destacable del libro es el estudio de las dinámicas territoriales de las políticas de género, que cuestiona lecturas simplistas o dicotómicas para reconocer la complejidad en la vida de las mujeres. Así, ante la posible dicotomía entre intereses prácticos y estratégicos[I], los análisis reconocen sus entrecruzamientos, reforzamientos mutuos y complementariedades en la práctica territorial; ante los supuestos derechos en tensión de protección a la niñez y autonomía de las mujeres se plantean posible sinergias —por ejemplo a través del cuidado comunitario— entre la agenda de género y primera infancia.

Los capítulos se ordenan en tres secciones con tradiciones de investigación diversas, que “exhiben herramientas conceptuales compartidas y hallazgos convergentes, pero con las especificidades propias de los cuatro contextos nacionales estudiados: Argentina, Colombia, México y Uruguay” (Rodríguez Gustá 2019:29).

 

La primera sección del libro “Redistribución, reconocimiento y dinámicas organizativas locales” presenta dos casos que, desde una perspectiva territorial, revelan que el camino en el acceso a derechos no es lineal ya que aspectos que podrían ser pasos hacia adelante continúan perpetrando las desigualdades de género y supuestos pasos hacia atrás se convierten en una herramienta para la lucha política de las mujeres en los territorios.

En el primer capítulo, Sandra Franco Patino y Valeria Llobet analizan los procesos de institucionalización del cuidado, en particular, de los Centros de Desarrollo Infantil de la Provincia de Buenos Aires. Este artículo identifica heterogeneidades y tendencias contrapuestas ante aquellas premisas que sostienen que el maternalismo que sustenta numerosos programas sociales condicionaría la autonomía de las mujeres debido al confinamiento a las tareas reproductivas no remuneradas que son socialmente invisibilizadas. Sin desconocer la vigencia de estas tendencias, las autoras cuestionan su generalización al considerar un caso en el que las mujeres de sectores populares obtuvieron posibilidades de acción movilizando las necesidades maternales y apelando a su lugar “natural” en el cuidado de los niños como estrategia para institucionalizar sus propias iniciativas.

En el segundo capítulo, Constanza Tabbush compara, desde una perspectiva de género, diversos espacios de participación femenina en el barrio de Carlos Gardel de Morón (provincia de Buenos Aires) en relación con los dos principales problemas sociales de su barrio: la pobreza material y la seguridad ciudadana. Los temas convocantes mostraron reproducir sesgos de género y de clase al reservar los problemas de violencia y seguridad a varones y a clases medias aledañas al barrio mientras que las cuestiones vinculadas a la pobreza material y la reproducción social en sus hogares involucraron a las mujeres como protagonistas.

La segunda sección del libro “Institucionalidad local de género y políticas municipales de igualdad” se centra en los procesos mediante los cuales las cuestiones de género ingresan a la agenda pública y gubernamental en el marco de espacios de interacción entre el Estado y la sociedad civil (Guzmán Barcos y Montaño Virreira, 2012).

Las experiencias de las ciudades de Montevideo, Bogotá y Rosario, pioneras en políticas de género de América Latina, evidencian que la asunción de gobiernos de izquierda o progresistas fueron una condición que facilitó la construcción de la nueva institucionalidad de género dentro de la estructura del gobierno local (Massolo, 2019).

El capítulo de María Noel Avas indaga en los cambios del entramado institucional de género en Montevideo. La autora identifica un proceso de jerarquización del mecanismo rector de género y un crecimiento del componente estatal del entramado en tanto se suman actores de múltiples niveles con fuerte anclaje territorial. En cambio, la participación de la sociedad civil experimentó vaivenes al comenzar con una comunicación fluida para pasar a un período de debilidad y luego retomar fuerza. El análisis arroja elementos relevantes para la institucionalización de la agenda de género vinculados a la direccionalidad de los procesos, a las coyunturas políticas y a los contextos institucionales favorables a la participación.

El capítulo de Angi Velásquez analiza la incidencia de los movimientos de mujeres en las políticas locales de género en Bogotá. La incorporación de la agenda de género en esta ciudad fue producto directo de ese “triángulo ideal” entre organizaciones y mujeres independientes, funcionarias y actores políticos, que impulsó una serie de pasos hacia adelante: el Plan de Igualdad de Oportunidades, las Casas de Igualdad de Oportunidades, la Mesa Diversa y el Consejo Consultivo de las Mujeres. Más allá de estos avances, se visualizan como límites el compromiso presupuestario con las acciones así como el desinterés en el ámbito de algunas alcaldías locales.

Los dos capítulos siguientes analizan la experiencia de Rosario, ciudad pionera en incluir la agenda de género en Argentina. Silvia Levín argumenta que las políticas contra la violencia de género en Rosario evolucionaron con el tiempo combinando aspectos asistenciales con otros de prevención orientados al tratamiento de las causas estructurales para remover el circuito desigualdad-violencia en el marco del enfoque de derechos humanos. Así la autora identifica dos períodos: “políticas tempranas” (1990-2000), cuando las políticas de violencia de género se llevan a cabo sin antecedentes nacionales similares; y “políticas maduras” (2000 a la actualidad), cuando asumen protagonismo los planes de igualdad de oportunidades que favorecen el abordaje integral de la violencia y permiten transversalizar la perspectiva de género.

Magdalena Acuña analiza el proceso de incorporación del presupuesto sensible al género en la agenda institucional de Rosario como una herramienta para transversalizar la igualdad en las políticas públicas. La investigación identificó elementos que favorecieron este proceso: los aprendizajes previos del Presupuesto Participativo, la incidencia del movimiento de mujeres, la articulación con la agenda global de género y el papel de la ideología partidaria.

Como cierre de esta segunda parte, Gisela Zaremberg, Katya Salas y María Dolores Lopez Jara estudian las políticas locales de género en México y reconocen marchas y contramarchas que cambian los equilibrios entre el nivel federal, el estatal y el municipal y agudizan las distancias entre los avances normativos en el nivel federal y las desigualdades de género en la práctica cotidiana de las mujeres. Resulta sumamente valioso el análisis del rol de las femócratas y actoras institucionales que buscaron frenar las contramarchas frente a un avance de perfiles conservadores en estructuras del Estado construidas por las propias luchas feministas.

La última sección del libro titulada “La presencia de las mujeres en la política local” incluye el análisis sobre mujeres en la política local realizado por Mariana Caminotti, María Page y Soledad Zárate sobre la Provincia de Buenos Aires. La representación descriptiva de las mujeres en el nivel local ha progresado producto de políticas de acción afirmativa principalmente de cuotas o reglas de paridad, aunque aún es mínima la presencia femenina en los ámbitos donde éstas no se han implementado. Los avances normativos y los pasos hacia adelante en la igualdad en el ámbito legislativo contrastan con el acceso privilegiado de los varones a las posiciones más valorizadas de las listas y la predominancia de la desigualdad de género en los cargos ejecutivos, lo que demuestra que las barreras a nivel local aún son difíciles de remover.

Las conclusiones a cargo de Alejandra Massolo, especialista en políticas locales de género, arrojan luz sobre aspectos comunes identificados en los estudios realizados. Entre ellos se destacan las necesidades tanto de planificación para superar la visión y gestión de corto plazo, sectorial y coyuntural típica de los gobiernos municipales como de innovación en la gestión de las tradicionales competencias locales y en la creación de nuevas políticas y estructuras de acuerdo con la ampliación de la agenda pública municipal.

Tal como señala Fernando Isuani, este libro permite reafirmar que para generar políticas públicas de calidad no basta con la cercanía del Estado respecto de los problemas, ni con mejores leyes si no se cuenta con una clara voluntad política, una sociedad civil involucrada, imaginación e inteligencia en la gestión pública y el compromiso presupuestario. La obra completa presenta el valioso aporte de poner en juego un andamiaje conceptual propio de los estudios de género en el análisis de la implementación de políticas públicas en territorio, lo que permite reconocer procesos invisibles desde perspectivas panorámicas y barreras de acceso que visibilizan, y desde allí pueden transformar, las desigualdades persistentes que afectan especialmente a las mujeres de esos territorios.

 

Bibliografía

MASSOLO Alejandra (2006). Nueva institucionalidad local de género en América Latina, Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para la Promoción de la Mujer, Santo Domingo, pp. 122. Disponible en: https://www.corteidh.or.cr/tablas/CD0307-9.pdf

GUZMÁN BARCOS Virginia y MONTAÑO VIRREIRA, Sonia (2012). “Políticas públicas e institucionalidad de género en América Latina (1985-2010)”, Naciones Unidas CEPAL, Santiago, pp. 39. Disponible en: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/5847/S1200803_es.pdf

 

Pignatta María Angélica  

  

 



[I] Los intereses prácticos hacen referencia a la satisfacción de necesidades básicas para la reproducción social y los intereses estratégicos al cuestionamiento y búsqueda de transformación de las relaciones de subordinación en el marco del orden de género (Rodríguez Gustá 2019).

⃰ Magíster en Desarrollo Humano y Licenciada en Ciencia Política. Becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Docente de Política Social II de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Universidad Nacional de Rosario. Contacto: angelica.pignatta@gmail.com