ARNÉS, Laura, DOMINGUEZ, Nora y PUNTE, María José
(directoras) (2020). Historia feminista
de la literatura argentina. Villa
María Córdoba, Editorial EDUVIM, 2020, 592 pp.
La
decisión de encarar este proyecto fue grupal. No podía ser de otra manera. Se
trataba de un proyecto ambicioso que implicaba revisar el conjunto de la
literatura argentina, ese compendio de autores y títulos que la institución
escolar y, a veces la universitaria, repetía sin revisar sus asentamientos
patriarcales. Desde el comienzo del siglo XX y desde la constitución de la
literatura argentina como un campo de saber se fueron escribiendo varias
historias de la literatura diseminadas desde entonces hasta la actualidad en
diferentes épocas que fueron motorizadas por intelectuales (Ricardo Rojas,
David Viñas, Noé Jitrik, Martín Prieto), otras por editoriales como la de
Centro Editor de América Latina que tuvo dos versiones y fue coordinada por dos
mujeres: Susana Zanetti y Graciela Cabal. El lugar de las escritoras en todas
ellas, aunque con particularidades, en general fue menor, poco atendido,
desconsiderado en los términos justos de obras importantes.
La
literatura ha sido una institución patriarcal con formas de distribución y
valoración muy estrictas; literatura femenina, literatura viril, letrada y
popular fueran algunas de sus calificaciones. Sin embargo, a la sombra de
quienes se constituyeron como autores canónicos, o quienes fueron publicados y
leídos por instancias con poder, había una masa de escritoras en las diferentes
décadas menos consideradas y leídas. Hoy
este fenómeno decididamente ha cambiado. Las diferentes estrategias de
visibilización que se fueron ensayando, las preguntas acerca de, quiénes
conformaban un canon y quienes no, como se reordenan históricamente las
jerarquías de los géneros literarios o de los grupos literarios hace a la tarea
de construir una nueva historia. Pero, por sobre todo implica tener en cuenta
que la historia literaria en sus vínculos con la historia política además
también tiene que ser revisada críticamente y sostenida en una historia de las
relaciones de género y de las metáforas y sentidos que construyeron esas
relaciones. Metáforas y sentidos que no se centran exclusivamente en las
mujeres.
La
literatura es un laboratorio de ficciones y de lenguas que interviene en el
espacio social proponiendo formas alternativas a nuestros modos posibles de
estar en el mundo. En este sentido, se hace cargo de las injusticias,
carencias, precariedades, las narra, las representa. No es un panfleto que
denuncia sino que experimenta con nuevas voces y discursos que puedan abrir las
puertas imaginarias para nuevos derechos o, mejor aún, para nuevas formas de
vida, para nuevas relaciones entre los cuerpos, para otra serie de deseos. Es
además un reservorio histórico, un archivo abierto, acerca de cómo otras épocas
representaron esas situaciones de vulnerabilidad. Ni la literatura, ni la
crítica literaria o el feminismo son espacios cerrados sino abiertos a sentidos
que están en fase de reflexión y de conflicto. El feminismo, para este
proyecto, se entiende como un modo de leer que reorganiza saberes históricos,
políticos, identitarios y literarios. Como ha señalado Lucía una de las
coordinadoras del tomo publicado en una entrevista: “No tiene solo que ver con
la cuestión de las representaciones ni con recuperaciones cosméticas o
políticamente correctas. La apuesta está en un modo de leer diferente que, al
tiempo que revisa una tradición, construye nuevas series. Es un tema político,
además de literario, porque afecta a la inteligibilidad de los cuerpos y cómo
se entienden los vínculos, los modos de hacer comunidad, entablar alianzas y
pensar los afectos. Supone poder nombrar y establecer categorías además de
hacer visible lo que ocultó un sistema heterocispatriarcal. De ahí que toda
esta historia feminista quiera ser revulsiva y no solamente la que se atreve a
introducir en el terreno supuestamente aséptico de los estudios literarios
temáticas como el aborto, la trata, los feminicidios, los cuerpos travestis,
las sexualidades disidentes, las nuevas formas de maternar”.
Quienes llevamos adelante este proyecto desde 2018, todas profesoras
universitarias que hace más o menos años que enseñamos literatura argentina y
que investigamos sobre escritoras de diferentes épocas, siempre debimos
resolver críticamente en nuestras prácticas el lugar oculto, paradojal, poco
valorado o excepcional de las escritoras como
Juana Manuela Gorriti, Juana Manso, Salvadora Medina Onrubia, Alfonsina
Storni, Alejandra Pizarnik, Norah Lange, Beatriz Guido; el grupo que arrasa en
el mercado editorial en los 60, la cantidad de nombres que irrumpen en los 70,
practicantes del realismo, la literatura fantástica o experimental y el enorme
conjunto de escrituras que crecientemente van publicando en las diferentes
décadas hasta el momento actual. Este grupo de investigadoras había
experimentado en las aulas y en sus lecturas y escrituras, la necesidad de
revisar cómo había sido valorada, pensada, organizada la literatura argentina y
tenía muy claro cuáles habían sido las estrategias de armado de esos
dispositivos que habían dejado a las escritoras tan mal paradas.
El
proyecto actual tiene cinco tomos y recorre la literatura desde sus comienzos
hasta el momento actual y es publicado por la editorial universitaria cordobesa
EDUVIM. Cada tomo está coordinado por grupos de dos o tres
docentes/investigadoras, especialistas en el tema, que trabajan intensamente en
la idea de formular una lectura de cada uno de los períodos con perspectiva e
instrumentos feministas. En cada tomo nos interesa pensar relaciones: los
sistemas de alianzas intelectuales, las redes literarias, el papel jugado por
los vínculos sexo-afectivos, entre otros variados temas. A través del planteo
de problemas político-literarios y de series que son histórico-literarias y
marcadas por relaciones de género se busca visibilizar otra manera de organizar
lo literario que depende en primera instancia de cómo se lee y valora todo ese
material y con qué instrumentos se los aborda. Hay temas que siempre estuvieron
presentes en la literatura argentina, pero a los que no se leyó como tópico,
por ejemplo, el aborto. Al pensar desde una mirada feminista temáticas como la
prostitución o el tráfico de cuerpos, los femicidios, los afectos lesbianos, la
performance travesti, el trabajo femenino o, incluso, la maternidad, se hace
posible repensar la labor constante de las mujeres, los sujetos feminizados y
las sexualidades disidentes, en un entramado cultural que tendió a dejarlos en
los márgenes y a desdeñar, de ese modo, el poder disruptivo de esas otras
palabras y de esos otros cuerpos que pugnaron por dejar su inscripción en lo
social. “Ahora que sí nos ven”, dice un cantito que circula hoy en las calles
en cada marcha feminista y que plantea una urgencia, la de cambios que son
indispensables para hacer la vida de tantxs vivible. La literatura no es y
nunca ha sido ajena a estas demandas.
Cada
uno de los tomos tiene ejes centrales: cómo pensar las mujeres y las
revoluciones en el siglo XIX, cómo se acercaron las mujeres a las distintas
formas de la militancia a lo largo del siglo XX hasta llegar a la irrupción
masiva de este siglo, cómo se arman las genealogías de los feminismos pero
también las genealogías literarias, cómo se revisa el canon patriarcal de las
diferentes épocas. Otros temas son la narración de la vida doméstica y sus
transformaciones ficcionales. los realismos, la poesía como escritura pero
también como experiencia social política y colectiva, la crítica literaria que
ha producido excelentes intelectuales. Quienes están a cargo de organizar y
escribir los tomos con Graciela Batticuore, María Vicens, Tania Diz, Florencia
Angiletta, Andrea Ostrov, Silvia Jurovietzky, Paula Bertúa y Claudia Torre. En
una etapa posterior que podría concretarse como un diccionario o atlas
participarán Guadalupe Maradei y Josefina Itoiz.
El
orden de publicación no respeta una disposición cronológica. Por ejemplo, en
noviembre del 2020, en plena pandemia salió En
la intemperie. Poéticas de la fragilidad y la revuelta (Villa María:
Eduvim, 2020), coordinado por Laura Arnés, Lucía De Leone y María José Punte.
Este tomo, recorre la literatura argentina desde los años noventa hasta el
presente más inmediato. Esta decisión implicaba un fuerte compromiso de intervención
sobre la cultura al tomar a cargo pensar un momento, el actual, de enorme
efervescencia y participación, y el material literario que se está generando
simultáneamente. Este tomo entiende al presente como fuertemente determinado
por la violencia que tuvo lugar en las décadas inmediatas, con ese punto de
intensificación y de quiebre que significó el terrorismo de Estado, por las
consecuencias que dejó en un presente en donde se han naturalizado y afianzado
los imaginarios de cuño neoliberal. Pero también, como se señala en la
“Introducción”, se reconoce en la emergencia de nuevas formas de resistencia,
en la aparición de nuevos sujetos y subjetividades, en el cuestionamiento a la
rigidez de todo género y disciplina, es decir, en eso que entendemos, como
“revuelta”: aquello que instala un vínculo conflictivo con el pasado y con el
tiempo por venir.
A lo
largo de las últimas décadas, fueron muchas las instancias y coyunturas en que
se agravó la precariedad social y económica. En mayor o menor medida, todos
cargamos (y escribimos) con las marcas que deja la intemperie: esa condición
que se asienta en la certeza de que los cuerpos no son entidades cerradas sobre
sí mismas. Sin embargo, frente a la progresiva retracción del Estado de
bienestar y la implementación de políticas punitivistas, frente a la difusión
de discursos del odio y ante el avance implacable de gobiernos neoliberales que
nos quieren fuera de las plazas y de las calles, la disidencia nunca dejó de
presentarse en cuerpos colectivos, en cuerpos que cuestionaron el orden de lo
político. En el escenario que nos interpela, es posible volver a hablar de
redes, flujos, fuerzas y políticas comunitarias. Y de estos aspectos dan cuenta
varios de los artículos reunidos en este tomo. Entendemos la intemperie de una
manera paradojal en donde pueden emerger situaciones contradictorias que llamen
tanto al padecimiento, la exclusión, la violencia o el dolor pero también a la
potencia, la celebración y, como decimos en el prólogo a “las pasiones tristes
y las éticas alegres, el duelo (que no es aflicción ni nostalgia ni melancolía,
sino desafío) y la fiesta. Y en este sentido, el volumen se propone considerar
la intemperie como una situación también vital
de la literatura del presente”. Es en este sentido que el subtítulo que sigue a
la idea de intemperie es “entre la fragilidad y la revuelta”.
De ahí
que el tomo abra con un apartado, “Alianzas feministas”, que da cuenta de los
recorridos poéticos feministas y disidentes que se van cimentando en los años
ochenta, atraviesan los noventa, y se abren paso en un presente en el que la
poesía se planta frente al Congreso de la Nación para dar voz a una exigencia
de las mujeres y sujetos gestantes, con la Ley del IVE. El neoliberalismo y sus
violencias traman la segunda sección “Deshechos neoliberales”, ante los que la
literatura sigue teniendo mucho para decir porque lo que está en juego es la
palabra, como lo demuestran las escrituras del odio y su papel en las
pedagogías públicas. Qué nombrar, cómo nombrar, suponen actos políticos y son
acciones que delimitan terrenos de disputa. Los espacios y la circulación en
ellos de los cuerpos es el eje de la tercera sección, “Territorios
generizados”. Aparecen esos tropos centrales de la literatura argentina como el
campo y la ciudad, lo doméstico y el espacio de lo común, pero también los
cuerpos feminizados que no sólo los atraviesan, sino que, como “zonas” (para
recurrir a un término de la escritora chilena Diamela Eltit), también son
atravesados, constituidos en y por ellos. El campo de lo literario, o lo
literario como espacio de legitimación, es el tema abordado en “Ante la
crítica”, que se despliega en vaivén con los siguientes ejes, “Eróticas
festivas” y “Jóvenes insolentes”. La lectura traza una genealogía de sujetxs que
se resisten a ser sujetadxs y que entendieron que la palabra es una herramienta
crítica a la que siempre es posible recurrir para trabajar contra las
calcificaciones del sentido, para redefinir lo vivible, para interrogar aquello
que se da por sentado. Un texto de cierre recoge los nombres de escritoras que
publicaron textos en 2019, algunas con una cierta trayectoria; otras, salen al
campo literario con un primer texto prometedor de nuevas escrituras. Palpar lo
que se produce en un año nos permite entender qué ficciones metaboliza el
presente. Nora Domínguez cierra el volumen con un panorama de escritoras que no
solo exhibe que, efectivamente, hay mujeres que escriben, sino que esas
escrituras son indispensables para entender y para afrontar este presente que
habitamos. Como dicen Arnés, Punte y De Leone en el prólogo: “la especificidad
del momento histórico adquiere visibilidad, encarnando en una crítica a las
prácticas capitalistas y cisexistas de administración de la cultura y renovando
un debate que nunca resulta del todo saldado: la relación entre literatura y
política”.
Laura Arnés ⃰
Nora Domínguez* *
María José Punte*
* *
⃰⃰ Instituto de Investigaciones de Estudios de
Género. FFyL. UBA. Contacto: laura_arnes@hotmail.com
* * Instituto de Investigaciones de Estudios de Género.
FFyL. UBA. Contacto: noradominguezr@gmail.com
* * * Instituto de Investigaciones de Estudios de Género.
FFyL. UBA. Contacto: majo.punte@gmail.com