Itatí Arce *
El 20 de abril de 1993 nace en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) la primera Maestría de Género del país, como resultado de la lucha de un colectivo de mujeres universitarias nucleadas en el Centro de Estudios Históricos sobre las Mujeres[I] (hoy CEIM) perteneciente a la Escuela de Historia de la Facultad de Humanidades y Artes, bajo la dirección de Hilda Habichayn[II]. Sus inicios se remontan a 1991, cuando el Centro recibió el reconocimiento de Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) al otorgarle la habilitación para dictar el curso denominado la Condición social de las Mujeres: presente y pasado, a cargo de diversos especialistas[III]. La gran acogida de este curso, sumado a la preocupación por generar espacios de formación y producción sobre diferentes problemáticas de las mujeres, dieron sus frutos en 1993 cuando se llevó adelante el primer seminario de la Maestría. Este contó con más de cuarenta inscritas[IV], un número considerable de estudiantes para la época. Surge así, un espacio feminista pionero en nuestra universidad, estableciéndose como la primera Maestría de la Facultad de Humanidades y Artes y la primera en estudios de género en América Latina (Arce y Moreno, 2023, 2021, 2019, 2015)
Aunque en los años noventa en algunas universidades del país se crearon carreras de formación de posgrado en temas de género, muchas de ellas no lograron mantenerse en el tiempo debido, entre otras razones, a las resistencias institucionales al feminismo en la academía (Blanco, 2017). Sin embargo, la Maestría, no sólo logró funcionar durante estas décadas, sino que sostuvo doce cohortes ininterrumpidas a lo largo de estos años. La creación de este espacio fue gracias a la perseverancia y el compromiso de mujeres como Hilda Habichayn, Marta Bonaudo, Elida Sonzogni[V] por mencionar solo algunas, quienes lucharon por la institucionalización de la perspectiva feminista y de género en los ámbitos de formación e investigación académica de Rosario (Arce y Moreno, 2023).
Entre los múltiples obstáculos que enfrentaron estas pioneras[VI], fue significativa la demora en la acreditación de la Maestría. Desde las primeras presentaciones formales en 1992 hasta su aprobación, transcurrieron aproximadamente cinco años de arduos esfuerzos. Luego, el 6 de junio de 1997 obtuvo la aprobación del Consejo Directivo de la FHyA[VII] y meses después, el 9 de septiembre del mismo año, recibió el visto bueno del Consejo Superior de la UNR[VIII]. Finalmente, el 11 de junio de 1998, el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación otorgó el reconocimiento oficial y la validez nacional[IX] para el título de Posgrado de Magíster en Poder y Sociedad desde la Problemática del Género.
A lo largo de su trayectoria, la Maestría ha abordado diversas problemáticas a través de sus seminarios, fomentando una perspectiva feminista e interdisciplinar en la universidad. Los contenidos de los cursos siempre se enfocaron en los grandes temas del feminismo y los estudios de género, enfrentando el desafío de introducir a las estudiantes en diferentes campos temáticos como salud, educación, familia, legislación, movimientos sociales, junto a la formación epistemológica y metodológica.
La primera cohorte contó con docentes de reconocida trayectoria académica como Catalina Wainerman, Elizabeth Jelin, Nora Domínguez, Jutta Marx, Mirta Lobato, Mónica Tarducci, Dolores Juliano, Diana Maffía, entre otras. Por otra parte, la dirección de la Maestría también ha estado a cargo de importantes representantes del feminismo universitario como Hilda Habichayn, en su inicio y, posteriormente, Mónica Tarducci[X] quien continúa actualmente al frente de la misma. En los últimos años, la formación ha incorporado diferentes problemáticas contemporáneas a su currícula tales como migración, salud, políticas de cuidado, educación sexual, por mencionar algunas. Lo que motivó a la participación de estudiantes no sólo de Argentina, sino también de otros países.
La Maestría se caracterizó desde sus comienzos por su interdisciplinariedad en su currícula, su cuerpo docente y la composición del estudiantado[XI]. Esto enriqueció debates y discusiones en las aulas, confrontando miradas sobre una misma problemática e introduciendo la perspectiva de género en diferentes prácticas profesionales. Desde sus inicios este espacio estuvo abierto a militantes, funcionarias estatales y mujeres de diferentes organizaciones feministas y de derechos humanos que buscaban formarse en la temática, consolidando articulaciones entre la militancia y la academia, lo que volvió difusos los límites entre el adentro y el afuera de la universidad (Arce y Moreno, 2023).
A treinta años de los inicios de la Maestría, creemos que es importante rendir homenaje al trabajo y esfuerzo incansable de todas aquellas personas que llevaron adelante este espacio de posgrado. Su dedicación y compromiso han dejado una huella profunda en generaciones de docentes, estudiantes y militantes feministas que han pasado por este trayecto. Es por ello, que escribir esta historia implica recuperar las voces de quienes nos acogieron de estudiante y abrieron generosamente las puertas del aula 112, acompañándonos en nuestra formación desde una perspectiva crítica y comprometida con la lucha en contra de las desigualdades de género. Es fundamental reconocer este valioso legado y recuperar la historia institucional del feminismo en nuestra universidad, así como el papel que han tenido espacios como el CEIM y la Maestría en la consolidación de los estudios de género en el ámbito académico de nuestro país.
En esta ocasión presentamos una síntesis de las reflexiones que se pusieron sobre la mesa en el panel Maestría de Género: 30 años de activismo feminista. Nos enorgullece compartirla en la Zona Franca[XII], titulando este artículo “Desde la Maestría”, como se denomina la sección de la revista destinada a la difusión de lo producido en nuestra carrera de posgrado, la cual tuvo lugar a partir de su cuarto número en el año 1995.
El Panel se llevó adelante en el
Salón de Actos de nuestra Facultad el 10 de marzo de 2023, organizado por la
Maestría con motivo de la apertura de su 13° Cohorte y en sus 30 años de
creación. El mismo fue integrado por tres invitadas que representan pilares
importantes en el sostenimiento de este espacio: los vínculos
interinstitucionales, las docentes, las estudiantes
y la coordinación general. Nuestras invitadas en esta ocasión fueron, Alejandra
Ciriza[XIII] convocada por su vínculo
con nuestro espacio y su reconocida trayectoria como docente y feminista, quien
ha marcado una fuerte impronta en los estudios de género en nuestro país, con
un interés particular en la recuperación de genealogías feministas. Susana Charotti[XIV], invitada por su labor
ininterrumpida como docente, desde los inicios de la carrera hasta la
actualidad. Luchadora incansable a favor de los Derechos Humanos y de las
Mujeres, con una vasta trayectoria de participación en organismos nacionales e
internacionales. Alicia Vilamajó[XV],
representante de las ex estudiantes y graduadas de la Maestría, quien también
nos transmitió como fue la formación en la Facultad de Ciencias Políticas y
Relaciones Internacionales y en el equipo de ESI de la Provincia de Santa Fe.
Todas estas exposiciones fueron coordinadas por la directora de la carrera
Mónica Tarducci, quien al abrir el panel recordó
afectuosamente a Hilda Habichayn. Agradeció a cada
una de las personas que durante estos años estuvieron a cargo de la Secretaría
de la Maestría, de la Biblioteca y de la revista Zona Franca[XVI], así como también anunció
la incorporación de la co-dirección a cargo de la
Dra. Laura Pasquali[XVII].
Una vez finalizada las disertaciones de las panelistas, Mónica expresó unas
palabras finales muy sentidas y de profundo compromiso, destacando el lugar que
ocupó la Maestría en los estudios de género en nuestro país y reivindicando la
labor de las compañeras y compañeros que han pasado por este espacio.
Desde la resistencia en la universidad
La primera exposición estuvo a cargo de Alejandra Ciriza. Entrañable amiga de este espacio y de quienes lo conforman, es parte de ese gran grupo de compañeras militantes que apoyan nuestra labor desde otros espacios universitarios, acortando las distancias que nos separan en nuestro país. Inició sus palabras agradeciendo la invitación, especialmente a su directora y amiga Mónica Tarducci y aprovechó la ocasión para recordar a Sofia D´Andrea[XVIII], a quien nombra como su querida “co-abuela”. La voz de Sofía atravesó toda su exposición de principio a fin, en un cálido homenaje.
Alejandra comenzó con risas cómplices al presentarse como una “mujer chiquita”, de “voz chiquita". Voz que cobró potencia en sus palabras al posicionarse como una persona de “las vísceras de este país”. Prefirió ser nombrada “profesora universitaria” en contraposición a la denominación de “académica”, como crítica a las lógicas neoliberales actuales contra las cuales viene batallando desde hace varias décadas. Trajo al debate la necesidad de interpelar a las universidades, “de no olvidar los legados que tenemos, que son muchos y que son importantes[XIX]”, más aún en este momento histórico, que para ella es un momento de peligro, “es un momento en el cual la lógica neoliberal se muestra en su cara más brutal[XX]”. Continuó argumentando su desacuerdo con las exigencias académicas que va “in crescendo” generando procesos de individualización en las denominadas “carreras académicas”. Esta reflexión la llevó a destacar el lugar que tienen las “no” académicas en la Maestría dándole una impronta particular a esta carrera. Es por ello que Alejandra enfatizó la necesidad de recuperar las genealogías feministas en los espacios universitarios, como en este caso:
“...esta maestría con Hilda Habichayn… (...) (Hilda) hizo algo en un ambiente que es habitualmente hostil al pensamiento colectivo, o al deseo colectivo de transformar el mundo, creó una Maestría con una lógica distinta”[XXI].
A lo que agrega
"...yo creo que eso es algo muy importante para recuperar. Una Maestría y una Revista Zona Franca. Con una conciencia clarísima de que era importante, no solamente producir teoría para producir teoría y fabricar papers cada vez más alejados de lo que importa, sino para discutir las urgencias de nuestra práctica política como feministas del sur, como feministas de estas tierras, como feministas internacionalistas también. (...) en un momento en el cual parecía que sólo había que hablar de consensos, era muy audaz e irreverente crear una Maestría en género y poder.”[XXII]
Alejandra concluyó apelando a la necesidad de evocar al pasado que nunca está muerto, e invitarlo al presente cuando lo necesitamos, y en este momento necesitamos de ese pasado, nuestro pasado.
Desde la docencia
Susana Chiarotti abrió su disertación recordando tres aspectos de
la Maestría, antes de explayarse sobre sus años en la carrera.
En primer lugar dedicó un momento a recordar
los “orígenes artesanales” de la
Maestría, el esfuerzo y compromiso que implicó llevar adelante las tareas
relativas a su funcionamiento, cuando aún no se contaba con los avances
tecnológicos que hoy se disponen.
En
segundo lugar destacó la coherencia de la maestría y los principios de quienes
la crearon que, más allá de las exigencias burocráticas, defendieron la
apertura de sus seminarios a docentes que no venían de la academia, sino desde
la misma práctica. Esta valorización por otros espacios formativos, como la
militancia, configuró una impronta particular de la maestría.
El tercer
aspecto tiene que ver con la incidencia de este espacio académico, y en
particular de Hilda Habichayn, en otros ámbitos por
fuera de la Facultad de Humanidades y Artes. Se refirió en particular a la
reforma curricular de la carrera de Medicina de la UNR.
“...yo no sé si acá saben que Hilda Habichayn fue muy activa en la transformación curricular de la Facultad de Medicina (...) Formó parte de la comisión de género y además también agregó las denuncias que hicimos a la Facultad de Medicina y que fue la puerta de entrada nuestra (...) habíamos hecho una denuncia, organizaciones sociales de acá de Rosario, CLADEM-INSGENAR, de maltrato entre docentes y alumnas.”[XXIII]
A continuación Susana relató su experiencia como docente, remarcó que ella no era una persona de “carrera académica” sino que venía del movimiento de Derechos Humanos y movimiento de mujeres. Ese fue su gran capital a la hora de transmitir su conocimiento e insistir, cohorte tras cohorte, “...que aunque no hubieran estudiado derecho y no manejaran el lenguaje técnico, podían influir en el derecho y lo podían transformar[XXIV]”. Es así, que cada vez que se dictó el seminario de Género y Legislación, se planteó algún objetivo concreto como fue derogar las normas del Código de Faltas de la Provincia de Santa Fe que penalizaba la “prostitución escandalosa”, convocando al debate a legisladores/as y sectores abolicionistas y regulacionistas. Otro claro ejemplo fue cuando trabajó en torno a la propaganda de la cerveza Schneider[XXV], para el análisis y crítica de la “publicidad sexista”. En ese caso, al ser una empresa chilena, se realizó la denuncia ante el Ministerio de Relaciones Exteriores, al Ministerio de Industria, notificando al Consulado de Chile, hasta lograr que se retirara la publicidad de la televisión abierta y de cable. En sus propias palabras, las “...alumnas veían, que podían participar en la crítica a una ley, la transformación de la ley, en pedir leyes nuevas, sin necesidad de ser abogadas, solo con el rango de ciudadana. Ese fué el objetivo que teníamos y eso nos lo permitió la maestría y yo agradezco muchísimo esa libertad que me dieron”[XXVI].
Susana cerró su exposición con el anuncio d su retiro de las aulas para dar paso a las nuevas generaciones y agradeció a la Maestría por tantos años compartidos y la posibilidad de generar todas estas valiosas experiencias.
Desde las aulas
Alicia Vilamajó se presentó en el
marco de este panel como ex estudiante y graduada de la Maestría. Exponer sobre
su paso por la carrera la retrotrajo al año 1995. Nos puso en contexto y
recordó las motivaciones que la trajeron a estas aulas cargada de “...curiosidad, desconocimiento, sorpresa, dudas
y rebeldía contra las desigualdades. (...) En ese entonces los estudios de
género eran una rareza a tal punto que a quienes motorizaron esta maestría, la
primera en América Latina, las llamaban las ´chicas de las telas´. Así supo
contarlo nuestra querida Hilda Habichayn. En ese
entonces hablábamos de las mujeres en plural y había una disputa en las
ciencias sociales en torno a cuál era la principal desigualdad: si la de clase,
la de género o la de raza-etnia”[XXVII].
Alicia, nos contó cómo la experiencia de los estudios, lecturas e incluso el proceso de elaboración de la tesis, fue en paralelo a su maternidad lo cual la llevó a afrontar ese doble desafío desde otra mirada. También destacó que la inserción en el campo laboral se vio “anudada” a su formación en la Maestría, trabajando siempre en espacios de construcción colectiva[XXVIII].
En este contexto reflexionó sobre una vieja charla (con
Susana Chiarotti) en torno al feminismo y sus
avances. Sobre ello comentó así su impresión personal, donde entiende al mismo
de dos maneras “diferentes pero
necesarias”. Por un lado tiene “...una
forma de avanzar como una mancha de aceite, silenciosa, lenta pero de larga
data y duración y otra más al estilo de baldazo de agua, que arrasa, limpia,
renueva y también se evapora y hay que renovar. (...) Recuperar la historia de
los recorridos transitados nos ayuda a visibilizar a quienes aportaron a este
presente que nos sigue interpelando pero que cuenta con un gran logro que es el
de la democratización de los saberes[XXIX]”.
Alicia dedicó un momento para hacer un reconocimiento especial a Héctor Bonaparte[XXX], así como también para recordar a sus compañeras, colegas y amigas[XXXI]. Cerró con un deseo para las jóvenes y un agradecimiento profundo a las generaciones que la formaron “les-nos deseó que esta revolución que viene siendo les-nos permita, aunque sea por momentos seguir bailando. (...) Mi gratitud es en mayúsculas y es por hoy, por ayer y por mañana[XXXII]”.
Desde la coordinación
Al finalizar este panel, se hicieron presentes las palabras
de Mónica Tarducci, directora de la Maestría. Con la
contundencia que la caracteriza inició su disertación afirmando que “Estos treinta años de la Maestría es un poco
los treinta años de historia de los estudios feministas en nuestro país[XXXIII]”.
Tras poner en contexto la historia de la Educación Superior
en nuestro país, destacó dos hitos, la Reforma Universitaria de 1918 y el
Decreto presidencial del año 1949 que estableció la gratuidad de la educación
universitaria[XXXIV].
A su vez, señaló que las
“...universidades no sólo fueron (y son) un espacio de formación, sino también
un lugar donde quienes estudian se incorporan a distintas formas de lucha
política, dentro y fuera de las aulas[XXXV]”.
Aclaró también que los denominados “estudios
de la mujer” no irrumpieron en las universidades en los años 70 ́ como en
otros países, debido a la situación política que atravesaba la Argentina,
encontrando refugio “fuera de las aulas” (como
expresó anteriormente). Estos estudios comenzaron a tener lugar en las universidades
con mayor fuerza a partir del retorno democrático, como es el caso de CEHM, hoy
CEIM. A partir de allí, podemos ver “...la
paulatina e incesante aparición de espacios específicos en las universidades
nacionales que reúnen a investigadoras de la problemática. Algunos de esos
centros serán los generadores de las carreras de posgrado que perduran hasta
hoy, como la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática del Género, que
surgió en 1993 desde el CEIM, y es considerada la primera maestría en estudios
de género en América Latina[XXXVI]”.
Al igual que lo destacaron las panelistas, Tarducci
enfatizó el desafío de las prácticas curriculares y pedagógicas de la Maestría,
la cual generó una propuesta interdisciplinaria y aportó la “...categoría analítica de género, fundamental
para comprender la sociedad y la cultura”. Nuestra directora advirtió que
no podemos perder de vista las condiciones adversas en las que se inició la
carrera, sin presupuesto, recursos tecnológicos ni humanos aportados por la
universidad. Su sostenimiento hasta la actualidad depende exclusivamente de las
voluntades y convicciones personales y colectivas de quienes la conforman y de su carácter autogestivo.
Distinta fue la experiencia en otros países latinoamericanos, donde organismos
internacionales apoyaron estas áreas en las universidades. Por otra parte,
Mónica aclaró que la irrupción del “Ni una menos” cambió las cosas no sólo en
el feminismo, sino en la vida política argentina en general, poniendo en agenda
viejas luchas del movimiento. Anteriormente muchas docentes e investigadoras no
se reconocían feministas, ni
visibilizaban las problemáticas de género
en la trama de sus proyectos. El
feminismo no era objeto de investigación, “...salvo para algunas (muy pocas) historiadoras y las luchas del
movimiento feminista eran desconocidas en la academia[XXXVII]”.
Aunque esta situación se ha ido modificando a lo largo de estas décadas,
afirmó que sigue siendo una preocupación el espacio que ocupa esta temática en
las universidades, especialmente en el grado, donde todavía su abordaje está
casi ausente. En referencia a esto señaló “...es más fácil crear un plan de acción y protocolos contra la
discriminación y las violencias, que cambiar un plan de estudios en las
carreras de grado”[XXXVIII].
A modo de cierre,
reconoció que “...estos cambios llevados
a cabo en los últimos años tienen tanta importancia que se considera que
estamos atravesando una segunda Reforma Universitaria. (...) Las feministas
fuimos pasando de la burla de los y las colegas y el hostigamiento
institucional a posiciones consolidadas ganadas con mucho esfuerzo. Es un
orgullo ver hoy que las jóvenes formadas por nosotras en los claustros ganaron
la calle como activistas y como funcionarias de los distintos estamentos
gubernamentales, además de formarse como investigadoras y docentes´”[XXXIX].
Lo que nos dejaron estos 30 años
La Maestría y el CEIM para cada una de las integrantes del
panel representaron espacios valiosos de formación académica y política en los
tempranos 90´, en un contexto donde los estudios de género en las universidades
argentinas eran escasos (Barrancos, 2019). Si en la actualidad existen una multiplicidad de espacios
que abordan las problemáticas de género en la academia, desde trayectos de
formación de posgrado hasta protocolos institucionales contra las violencias,
esto fue gracias a la larga lucha de estas pioneras por introducir y legitimar
una perspectiva feminista y de género en la ciencia y en las universidades.
Conocidas despectivamente como las “chicas de las telas” en los pasillos de la Facultad de Humanidades y Artes, estas mujeres trabajaron incansablemente, como “abejitas”, en la ardua tarea de institucionalización de los estudios de género en nuestra universidad, sorteando todo tipo de sesgos sexistas y limitaciones económicas. Cartas hechas en máquina de escribir, llamadas a teléfonos fijos, invitaciones personales, actividades financiadas por el bolsillo de Hilda o el aporte de cada una de ellas para sostener estos espacios (Arce y Moreno, 2023; 2019; 2015), hacían del trabajo académico un trabajo “casi artesanal” como lo caracterizó el panel.
La creación de la Maestría, fue resultado de un esfuerzo colectivo, en un contexto en donde al androcentrismo del mundo académico se le sumaba el auge de la implementación de políticas neoliberales en la educación pública. Estas políticas ingresaron a las universidades de la mano de Ley de Educación Superior y de la creación de organismos de evaluación y acreditación de carreras universitarias como la CONEAU, ambas vigentes hasta hoy. En referencia a esto, el panel destacó, en varias ocasiones, que el tiempo que se tomó esta comisión para la aprobación de la maestría es representativo de los múltiples obstáculos burocráticos que enfrentaron estas primeras feministas universitarias. Entre las observaciones de la CONEAU es interesante reparar en la “sugerencia” de cambio de nombre, ya que empezar con la palabra género era “poco riguroso”, por lo cual se recomendaba otro encabezado. Es así que finalmente la Maestría adoptó el nombre de “Poder y Sociedad desde la Problemática del Género”. Este hecho ilustra el momento histórico en el cual estas pioneras debían enmascarar el nombre de sus cursos para que no se notara que “eran feministas”. En referencia a esto Mónica, junto a muchas otras compañeras, advirtieron por aquel entonces, el uso despolitizado de la categoría género. La problematización entre investigadoras e investigadores acerca de la necesidad de no conformarse con estas concesiones de la academia y reconocerse como feministas dentro del espacio universitario, era una discusión de la época (Tarducci, 1990).
A partir de estas reflexiones, el panel señaló que en la
actualidad es necesario volver a repensar el sentido de nuestras prácticas en
la universidad, en tiempos donde se corre el riesgo de la academización
de los estudios de género bajo lógicas individualistas y productivistas. En
este sentido, resguardar el horizonte de lo “colectivo” por encima del interés
individual, es un legado fundamental de estas profesoras, investigadoras y
militantes feministas. Representantes de una generación que vivió su juventud
en los años 60 y 70, nunca abandonaron su adscripción ni al feminismo ni a la
izquierda. Con una clara conciencia militante en defensa de lo colectivo y su
transmisión, siempre sostuvieron una producción de conocimiento no escindida de
la práctica política (Arce y Moreno, 2023).
En un contexto donde el orden capitalista dominante se percibe como natural, y donde los movimientos políticos de derecha cobran más fuerza, el panel recordó la importancia de volver a problematizar la relación entre subjetividad y política. Para ello es fundamental valorar otro de los legados del CEIM y la Maestría, presente en el ímpetu de no sólo cuestionar dicha dominación, sino también de resistirla. E incluso ir más allá, generando acciones para transformarla. Esa subjetividad revolucionaria es la que necesitamos hoy más que nunca transmitir y refundar.
El CEIM y la Maestría, si bien se pensaron como espacios de investigación y formación feminista dentro de la academia, nunca perdieron de vista la potencialidad de tender puentes hacia afuera, con otras facultades, con la comunidad, con el movimiento de mujeres y feminista local, incluso generando redes de apoyo a nivel nacional e internacional. En referencia a esto, el panel reconoció a la Maestría en su impronta de permitir que muchas mujeres sin una titulación universitaria o formación académica, pero sí con gran trayectoria militante, pudiesen acceder a cursar este posgrado. Esta articulación política entre la academia y las calles, es otra herencia a no olvidar. Hilda siempre sostuvo que el lugar de la Maestría en su aporte formativo y teórico a la lucha feminista, debía necesariamente entrar siempre en diálogo con lo que sucedía afuera de ella (Habichayn, 1997).
Por último, el panel destacó la importancia de recuperar la historia de los feminismos dentro de los espacios universitarios, valorizando las genealogías de aquellas mujeres que lucharon por introducir e institucionalizar una perspectiva feminista y de género dentro de la academia (Ciriza, 2017). Este compromiso por no olvidar las “raíces de nuestra rebeldía”, no sólo reconoce la pluralidad y multidimensionalidad de luchas de las mujeres, sino también la necesidad de transmitir dicha historia a las generaciones más noveles. La preocupación por construir una “retaguardia de la vanguardia” feminista nos desafía a una constante reactualización del pasado en el presente. El riesgo, pero a la vez el desafío, de una continua “refundación” del feminismo nos interpela y revela con el fin de mantener viva la memoria histórica de quienes nos precedieron, y desde allí, construir colectivamente nuevos caminos por donde seguir.
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reencontrar la política. El exilio, un espacio para pensarse como mujeres”, en Zona Franca, N°29, pp. 168-217.
*
Profesora en antropología, docente del
Departamento de Educación y Formación Docente de la Facultad de Ciencias
Humanas de la UNSL e integrante del Centro de Estudios Interdisciplinarios
sobre las Mujeres de la FHyA UNR. Contacto: itatiarce@gmail.com
** Licenciada en
antropología, becaria doctoral CONICET por el Centro de Estudios
Interdisciplinarios sobre las Mujeres y secretaria académica de la Maestría en
Poder y Sociedad desde la Problemática del Género ambas de la FHyA UNR. Contacto: antropomercedesmoreno@gmail.com
[I]
Primera denominación del Centro desde sus inicios en 1989 hasta el año 1994.
Tras la realización de las III Jornadas de Historia
de las Mujeres en la ciudad de Rosario, el centro se abre a otros campos
de investigación empezando a denominarse Centro de Estudios Interdisciplinario
sobre las Mujeres. Formalizado años más tarde bajo la Resolución 49/96 C.D.
[II]
Pionera en el feminismo universitario rosarino.
Estudió en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias del Hombre de la
Universidad de Nacional del Litoral. Más tarde, en Santiago de Chile realizó su
primer posgrado en sociología y culminó su Maestría en Estudios Sociales en
Holanda. A su regreso, en democracia, se incorporó como docente en las
Facultades de Psicología, Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, y en
Humanidades y Artes. Impulsó la creación en 1989 el CEHM, hoy CEIM, y
posteriormente dentro de este espacio la revista Zona Franca y la Maestría en Poder
y Sociedad desde la Problemática del Género. Durante esos años se dedicó a
la divulgación académica en temas relativos a las problemáticas de las mujeres.
Con una prolífica producción de artículos en diversos medios de comunicación
masivos, publicó en 2005 la compilación de sus escritos denominada Rescoldo bajo las cenizas. Las mil y una
formas de exclusión y reclusión de las mujeres, la cual reúne notas
periodísticas, escritos y reflexiones aparecidas entre los años 1974 a 2002.
Para ampliar información ver: Arce y Moreno (2023,
2021, 2019 y 2015); Fernandez y Pasquali
(2021); Koldorf (2021); Moreno y Rizzo (2020).
[III] En 1990, el Centro junto a CLACSO organizó el primer encuentro académico denominado “Jornadas de Reflexión sobre las Mujeres” donde se abordaron temas tales como Género y trabajo, Género y roles sociales, Mujer y mundo simbólico. Se contó con la participación de especialistas de Rosario, Mendoza, Buenos Aires y Montevideo, como Mirta Lobato, Yamandú González, Virginia Fernández, María del Camen Feijóo y Héctor Cicerchia.
[IV] Si bien estamos de acuerdo con la utilización del lenguaje no sexista, tenemos que reconocer que la Maestría desde sus comienzos hasta la actualidad se ha caracterizado por una matrícula y un cuerpo docente mayoritariamente femenino. No obstante han participado estudiantes varones a lo largo de estos años, uno de los más recordados es Marcelo Ulloque, quien formó parte también del CEIM, junto a Héctor Bonaparte.
[V] Para ampliar ver: Arce, Itatí y María Mercedes Moreno, “El CEHM, la Maestría de Género y el feminismo rosarino en las décadas de 80 y 90”, en Humanidades y Artes más allá de sus fronteras. Tramas, articulaciones y experiencias. FHyA Editores, 2023 (en prensa).
[VI]
Para ampliar información ver: BORTOLOTTI, FIGUEROA y VIANO (2017)
[VII] Resolución N° 108-97 Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades y Artes.
[VIII] Resolución N° 241-97 Consejo Superior de la Universidad Nacional de Rosario.
[IX] Resolución N° 1163-98 Ministerio de Cultura y Educación de la Nación Argentina.
[X] Doctora en antropología. Directora, desde 2007, y docente del seminario Feminismo y Construcción Histórica de la Problemática de Género, desde 1993, de la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática del Género de la FHyA de la UNR. Integrante del Comité Editorial de la revista Zona Franca. Directora del Instituto de Investigaciones de Estudios de Género (IIEGE) de la FFyL de la UBA. Forma parte de la Colectiva de Antropólogas Feministas (Argentina).
[XI] En su mayoría historiadoras, antropólogas, trabajadoras sociales, abogadas, sociólogas, psicólogas.
[XII] Revista de carácter interdisciplinario de periodicidad anual. Lleva tres décadas de publicación ininterrumpida, contando con la participación de reconocidas investigadoras nacionales e internacionales. A partir del N°24 en el año 2016, la revista reestructura su Comité Académico y su Comité Editor, pasando a ser co-dirigida y co-editada entre la Maestría y el CEIM. Se digitaliza y se incorpora a la plataforma web de la Universidad Nacional de Rosario. Disponible en línea: http://zonafranca.unr.edu.ar/index.php/ZonaFranca
[XIII] Doctora en Filosofía. Directora de la Maestría en Estudios Feministas de la Universidad de Cuyo. Activista de DDHH.
[XIV] Abogada feminista, integrante de CLADEM (Comité de Latinoamérica y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer) y del Comité de Expertas en Violencia de la OEA (Organiación de Estados Americanos).
[XV] Lic. Trabajo Social. Magister en Poder y sociedad desde la problemática del género. Docente y actual Directora de la Escuela de Trabajo Social. Integrante del equipo provincial de ESI.
[XVI] Elvira Scalona, Graciela Galván, Vilma Bidut, Liliana Capoulat, Julieta Man, María Mercedes Moreno y Gisela Figueroa.
[XVII] Dra. en Historia, docente e investigadora de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR. Se incorpora como profesora del Taller de Tesis de la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática del Género en 2011, e inaugura el cargo de co-directora en 2023. Su interés investigativo está vinculado con la historia del activismo femenino en la historia argentina contemporánea.
[XVIII] Sofía D´Andrea (14 de agosto de 1946 -7 de marzo de 2023) Docente y periodista, feminista y militante por los derechos humanos. En los años 60-70 integró con su compañero de entonces, Juan Carlos Arroyo (detenido-desaparecido el 28 de octubre de 1976) el Movimiento Revolucionario 17 de octubre (MR17), que luego devino Frente Revolucionario 17 de octubre (FR17). Atravesó la cárcel y el exilio, donde se unió a Ramón Vega, también militante y expreso político. A su retorno al país, en 1986, continuó activa en organismos de derechos humanos y organizaciones feministas. Tuvo cuatro hijas: María Eva y Sofía Arroyo D’Andrea y Alba y Luciana Vega D’Andrea. Se puede ver su testimonio en Memoria Abierta: https://indice.memoriaabierta.org.ar/item/44829. Fueron muchos los homenajes de despedida. Uno especial es el que le ofreciera Eduardo Guruchari: https://xn--lasealmedios-dhb.com.ar/2023/03/13/la-flor-del-adios/
[XIX] Extracto del audio de la exposición de Alejandra Ciriza en el Panel Maestría de Género: 30 años de activismo feminista el día 10 de marzo a las 18 hs en la Facultad de Humanidades y Artes, UNR. Organizado por la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática de Género, con motivo de cumplirse 30 años de su creación y la apertura de la 13° Cohorte en 2023.
[XX] Ibídem
[XXI] Ibídem
[XXII] Ibídem
[XXIII] Extracto del audio de la exposición de Susana Chiarotti en el Panel Maestría de Género: 30 años de activismo feminista el día 10 de marzo a las 18 hs en la Facultad de Humanidades y Artes, UNR. Organizado por la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática de Género, con motivo de cumplirse 30 años de su creación y la apertura de la 13° Cohorte en 2023.
[XXIV] Ibidem.
[XXV] Cerveza Schneider - Dar todo por un amigo, una gran decisión - Hermana. https://www.youtube.com/watch?v=zGWqqLPnU9U
[XXVI] Extracto del audio de la exposición de Susana Chiarotti en el Panel Maestría de Género: 30 años de activismo feminista el día 10 de marzo a las 18 hs en la Facultad de Humanidades y Artes, UNR. Organizado por la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática de Género, con motivo de cumplirse 30 años de su creación y la apertura de la 13° Cohorte en 2023.
[XXVII] Cita del texto original de Alicia Vilamajó en el Panel Maestría de Género: 30 años de activismo feminista el día 10 de marzo a las 18 hs en la Facultad de Humanidades y Artes, UNR. Organizado por la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática de Género, con motivo de cumplirse 30 años de su creación y la apertura de la 13° Cohorte en 2023.
[XXVIII] Entre ellos, mencionó: al Encuentro Nacional de Historia de las Mujeres y el Congreso Iberoamericano de Estudios de Género en el año 2008; su participación en el equipo ESI; la conformación del Núcleo Interdisciplinario de Estudios y Extensión de Género#; el dictado de la asignatura electiva Introducción a la perspectiva de Género; co-organizar con el CEIM# del Primer Encuentro de Investigadores de Género del Litoral en el año 2011; la elaboración del primer Protocolo contra las violencias por cuestiones de género en la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales y en la Facultad de Derecho; así como también sus aportes transversales y específicos en el diseño curricular del nuevo plan de estudios de la carrera de Licenciatura en Trabajo Social de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario.
[XXIX] Cita del texto original de Alicia Vilamajó en el Panel Maestría de Género: 30 años de activismo feminista el día 10 de marzo a las 18 hs en la Facultad de Humanidades y Artes, UNR. Organizado por la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática de Género, con motivo de cumplirse 30 años de su creación y la apertura de la 13° Cohorte en 2023.
[XXX]
Héctor Bonaparte es graduado de la carrera de
Filosofía en la FFyL de la UNL. Obtuvo su título de
posgrado en Sociología en FLACSO-Chile, y el de magíster en Ciencias Sociales
en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya, Holanda. Fue director
concursado del Instituto de Sociología de la FFyL de
la UNL. Miembro fundador del Centro de Estudios de Historia de las Mujeres
(CEHM). Pionero en los estudios sobre nuevas masculinidades en la década
del noventa. Una de sus obras más citada fue Unidos
o dominados: mujeres y varones frente al sistema patriarcal publicada en 1997.
[XXXI] Mencionó algunas de ellas: Liliana Capoulat, Ana Esther Koldorf, Vilma Bidut, Matilde Viglianchino, Nora Das Biaggio, Alicia Genolet, Susana Chiarotti, Analía Aucía, Lidia Ramírez, Marcela Ferraro, Gloria Schuster, Claudia Galati y tantas otras compañeras.
[XXXII] Cita del texto original de Alicia Vilamajó en el Panel Maestría de Género: 30 años de activismo feminista el día 10 de marzo a las 18 hs en la Facultad de Humanidades y Artes, UNR. Organizado por la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática de Género, con motivo de cumplirse 30 años de su creación y la apertura de la 13° Cohorte en 2023.
[XXXIII] Cita del texto original de Mónica Tarducci en el Panel Maestría de Género: 30 años de activismo feminista el día 10 de marzo a las 18 hs en la Facultad de Humanidades y Artes, UNR. Organizado por la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática de Género, con motivo de cumplirse 30 años de su creación y la apertura de la 13° Cohorte en 2023.
[XXXIV]
Decreto Presidencial Nº 29.337/49.
[XXXV] Cita del texto original de Mónica Tarducci en el Panel Maestría de Género: 30 años de activismo feminista el día 10 de marzo a las 18 hs en la Facultad de Humanidades y Artes, UNR. Organizado por la Maestría en Poder y Sociedad desde la Problemática de Género, con motivo de cumplirse 30 años de su creación y la apertura de la 13° Cohorte en 2023.
[XXXVI] Ibidem.
[XXXVII] Ibidem.
[XXXVIII] Ibidem.
[XXXIX] Ibidem.